Había una vez un monasterio en el que todos los monjes habían pactado un voto de no comunicación entre ellos, bajo ninguna circunstancia. Además, los monjes sólo se reunían a la hora de la comida, en la que nunca nadie faltaba, y no había en todo el monasterio ni una sola superficie reflejante. Al tener mucho tiempo libre, estos monjes amaban hacer deducciones lógicas y resolver acertijos, aunque no los pudieran compartir con sus compañeros. La vida para estos devotos era muy monótona, hasta que un día llegó un empleado del gobierno y pegó un cartel en el comedor. Decía lo siguiente:
En este monasterio hay al menos un monje que padece la rarísima enfermedad verdiazul. Pese a que muy peligrosa, esta efermedad no es nada contagiosa. Su único síntoma es una frente de color verdiazulado en quien la padece. Se ruega encarecidamente que quien esté seguro de tener la enfermedad "verdiazul" acuda por la noche al hospital más cercano, cuanto antes.
Un saludo,
El Ministerio de Sanidad
Todos los monjes lo vieron, pero no pasó nada hasta la décima noche. ¿Qué ocurrió? ¿Por qué?
esta dificil e interesante a la ves
ResponderEliminarno habia ninguna superficie que reflejara algo
ResponderEliminarEs porque respetaron el pacto de silencio, por ello hasta el decimo dia que era el plazo.
ResponderEliminarY como no habia riesgo de contagio por ello aun asi guardaron silencio.
Pues si el monje infectado veía a los demás, se daría cuenta que, al ninguno de sus compañeros estar infectado, por lógica, debía ser el mismo quien portara la enfermedad.
ResponderEliminarTiene sentido, pero.. ¿Por qué a la décima noche? ¿Por qué tan tarde?
EliminarHabia 10 monjes infectados
ResponderEliminar